junio 22, 2011

El Papá ideal, en un mundo ideal que no existe

Hay una lista de ejemplos de por qué asumo que nuestros padres de familia y los padres de familia del futuro deberían reconsiderar su papel en la sociedad, tal como muchas mujeres en otras décadas, lucharon por ser revaloradas con todas sus consecuencias culturales.

La desacreditación de sus funciones dentro del hogar es solo el principio, a la lista se suma la cantidad de ejemplos que hicieron posible (y lo siguen haciendo) que se desplomara de la cúspide de los roles sociales que se impuso sobre las mujeres a lo largo de la historia. Como sacerdote (superior a una monja) falló a la religión y a sus seguidores, igual lo hizo como gobernante, como empresario y como figura pública; el hombre confundió su condición con “superioridad” mitificando su “hombría” como si fuera lo único valioso de sí mismo.

Estos indicadores son hasta previsibles, siempre que pensemos en las mujeres que somos hoy vendrá por añadidura el hombre de nuestros últimos días, el necesariamente independizado tras la liberación femenina, un proceso de reconocimiento, de re-educación para todos pero que sacude más duramente a ellos hasta pensarlos innecesarios, último de los argumentos feministas (1).

Los hombres de hoy ya no tienen pretextos para negar su sustitución en todas las áreas sociales, incluso alardean (porque alardear es de humanos, no de hombres) de esta sustitución siendo irresponsables con ellos mismos, contribuyendo al perfil del hombre deprimido con el que finalizaron el siglo XX y abrieron el siglo XXI. Quizá podamos aceptar que hay una resistencia a enfrentar la lucha que supone tendrían que enfrentar para dignificarse.

Omitiendo el discurso religioso, político, de preferencia sexual de siempre, el hombre de hoy requiere ennoblecer su género y es probable que no se haya dado cuenta de esto, de que la misión de dignificarse no debe o debería ser exclusiva de ningún grupo sino de una población, fuente de altas y bajas en la cultura a la que se van sumando las nuevas generaciones en las que habrá hombres disponibles a la ideología de sus antecesores.

Es por la inevitable primera causa social: los niños, por los que el hombre debe empezar a responsabilizarse, a advertir su lugar en las familias que se forman y se formarán, a repensar en la paternidad a partir de su propia experiencia de vida y de la autosuficiencia con la que seguramente su mamá lo sacó adelante con o sin la ayuda de su progenitor, a inquietarse (inspirarse si se quiere) por una nueva imagen, por un héroe plausible para los niños que llevan veinte años tonteando a Homero Simpson y a otros huecos que discurren en las familias más famosas de los media.

Los hombres de hoy, deberían tener el compromiso de hacernos superar la idea de que crían a sus hijos como machos y a sus hijas como sirvientas, incluso; la sociedad debe superar la idea de que las mujeres que son criadas por sus padres (o con varones) terminan siendo “machorras”, la preferencia sexual debe separarse. Un hombre digno educa con sensibilidad sin dejar de ser la figura masculina dentro y fuera de su casa, con o sin hijos, porque la que pide primero ser educada es la sociedad .

Un papá ideal en la televisión mexicana (para la cultura mexicana) lo fue Cesar Costa en Papá Soltero (2), otra versión actual aunque igualmente occidental (para no hablar de países, primeros o terceros mundos) de este personaje seria el papá “cool” de Hanna Montana, pero ambos no importan, se trata de aterrizar la idea de que estos personajes pueden ser superados por hombres reales dispuestos a hacer cultura.

EL perfil del hombre que la mujer de hoy busca, es aquel que no lastima a sus hijos, no los avergüenza y mucho menos los abandona. EL papá ideal en un mundo ideal que no existe, es primero integro y después un proveedor, primero amigo y después juez, primero digno y después papá, esto en cualquier circunstancia, en cualquier país e independientemente de su preferencia y la familia que forme (con quien la forme), seria un padre ideal.

Se entiende que no hay personas perfectas ni circunstancias perfectas, las mujeres de hoy no lo somos y probablemente el hombre jamás lo sea, lo que se observa, es la necesidad de que el hombre termine de superar conceptos y costumbres para avanzar hacia una sociedad equilibrada, que le permita a las nuevas generaciones decidir sobre ella misma sin lastimar a los demás, integrando la familia (incluso no formandola) que quiera, con sus propias elementos y cualidades.

Ahora, si Hanna Montana fuera Karlita Gómez de Veracruz, no cantara ni bailara, pero tuviera un papá que se preocupa por ella, que la escucha, vela por su estabilidad económica, la ayuda a conseguir sus metas, etc., Karlita Gómez sería una joven plena, sin carencias afectivas, incluso seria una joven más madura y ubicada que la cantante.

Lo que la sociedad quiere es que se pongan las pilas, salgan del pasado, rompan moldes y nos hagan difícil el proceso de selección al que los estamos sometiendo.


Notas al pie:

1.-Personalmente descarto el feminismo, lo descarto porque quiero asumir que el machismo es también una postura y que no podemos estar hablando de posturas siempre que queramos defender un estilo de vida necesariamente a superar. Un “macho” no necesita de mi feminismo para extinguirse, ni siquiera requiero tratarlo mal, mi autosuficiencia es capaz de contribuir a que se extinga.

2.- Lamento acudir a este personaje creado por Televisa, pero primero; (aún cuando se trata de los "valores" del mexicano promedio, de otra década y de una cultura que no ha cambiado mucho), necesitaba ejemplificar a un hombre que cría a sus hijos de manera sensible sin olvidarse de sus propia vida y segundo; porque yo (que no tengo cable en casa) descubrí que mi hermana mayor (que vive conmigo) gusta de verlo mientras prepara el desayuno.


m.f.

19 de junio 2011

junio 08, 2011

De mi experiencia de trabajo en un cine


Trabaje en un cine durante la universidad y fue fácil elegir y desarrollar durante cuatro meses un trabajo de investigación sobre todo lo relacionado al Sindicato de Trabajadores de la Industria Cinematográfica(STIC), un trabajo para los estudios independientes que lleve en Sociología (fuera del programa de estudios) y que me permitieron "creermela mas" de esto o aquello (que da lo mismo hoy) durante algún tiempo.

Total que el siguiente texto (que seguramente a nadie le importa porque el calentamiento global y la violencia en Mexico y hace días Hank y en Tijuana...) resume en un articulo de opinión los cuatro meses de entrevistas, lecturas y desvelos que me llevo aprobar la materia y tener algo de facultad para propiciar algunos juicios sobre el tema

Si lo leen todo, los entrevistados, gente hoy pensionada y nostálgica y de alguna manera yo, sabremos que si hay otras dimensiones.


La Sección 11 del STIC. La autonomía como ilusión

Si bien, Baja California ha ejercido su propio papel dentro del sindicalismo en México, el fenómeno sindical ha decaído al parejo dentro de la efervescencia nacional, donde la Sección 11 del Sindicato de Trabajadores de la Industria Cinematográfica (STIC), figura algo mas que una organización de trabajadores y algo menos que una autonomía.

La historia sobre la fundación de la Sección 11 del STIC no puede abreviarse tan fácilmente, es una historia de lucha, de trámites, de afiliación, de organización y de negociación. La etapa de crecimiento incluyó no solo la naciente amistad con el gobierno, sino su unión a la CTM y con esta, una organización nacional más definida.

Y es que en nuestro país, los sindicatos se agrupan en organizaciones nacionales para fortalecerse, lo que los lleva a una autonomía limitada a congresos y consejos determinados por la organización central, convirtiéndolos también en una variante de, comprometida con y dependiente de.

El STIC vulneró sus bases cuando se volvió militante del PRI (Partido Revolucionario Institucional) y pacto una amistad aún vigente con el partido en cuestión, incorporándose a las incapacidades del eterno aparato, aceptado desde el principio, donde una nueva hipótesis apunta hacia posibles buscadores de fortunas.

Actualmente, la Sección 11 del STIC en Mexicali, cuenta con 217 agremiados que laboran entre los distintos cines de la ciudad, sus objetivos están lejos de buscar un desarrollo y un renombre y se limitan a defender al empleado y a los buenos salarios. Su organización la conforman todos, pero la batuta la lleva Benigno Cazares, actual secretario general del STIC y la CTM en Mexicali y casualmente regidor por el PRI en el gobierno municipal.

Para el actual secretario, el gobierno quiere acabar con el sindicalismo, agrega: “Las empresas y el gobierno se ponen de acuerdo, quieren quitar las prestaciones, privatizar el seguro, quitar las vacaciones”. Si sucede o no, el futuro es compartido por el sindicalismo en México, los tiempos que vienen barren con todos, abarcan el territorio nacional y ningún sindicato esta completamente seguro.

Pero las incongruencias afloran, por un lado, la Sección 11 apoyó siempre al gobierno Priista al grado de posponer su participación en el desfile del primero de mayo a la entrada del PAN al gobierno estatal, y por otro, fue el propio José López Portillo en su sexenio, que dejo a Margarita López Portillo a cargo a los cines, quien resultaría inepta para el puesto.

Fue el propio gobierno del PRI en el periodo presidencial de Carlos Salinas de Gortari, que apoyó a las empresas privadas deshaciéndose así de varios líderes sindicales en 1992, año en que se liquido a los mismos. Así también, olvidó a los sindicatos para entregarlos a la modernidad y a las Reformas a la Ley Federal del Trabajo, poniéndoles prácticamente una soga al cuello.

Ha decir verdad, al futuro prometido lo fueron olvidando todos, con la dependencia de la Sección 11 al STIC nacional y a la CTM, su silencio frente a las malas decisiones políticas, el gobierno siendo el gobierno y esa liga transparente que los une en la simple convicción del beneficio mutuo y el pacto secreto.

Se entiende entonces, que las agrupaciones nacionales y la corrupción son factores determinantes en las actuales condiciones en las que se encuentra los sindicatos en México.

Por su parte, las comparaciones entre la ideología que predominó en las primeras generaciones de la sección 11 y las posteriores a la Operadora de Teatros abundan en igualdad de interrogantes, por lo que en las propias palabras del secretario actual; “el sindicato antes abusaba mucho”.

Lo anterior, entre otras cosas, generó que a los sindicatos se les relegarán algunas de sus funciones, entre estas, la contratación de empleados y por lo tanto, que el empleado tuviera como única responsable la empresa que lo contrata.

Algunos sindicalistas aceptan estar mejor que antes, gozar de las prestaciones y el seguro social, así como tener un mejor sueldo. Para los fundadores, el sindicato es otro, más conformista y menos autentico, sin embargo, asumen entre dientes y frases cortas; haber seguido la corriente en cada una de sus épocas.

¿Dónde queda el trabajador frente a la postura que adoptan las empresas privadas, el gobierno y el sindicalismo por separados?. Para este ultimo, el empleado figura un niño en el recreo que va y viene y ya no tiene con quien pelear, ya no tiene que ir a una oficina a reclamar derechos, es como si el sindicato hubiera mandado hacer camisetas que aun siguen guardadas en un cajón.

El sindicalismo se topo con lo predecible y le ha estado sacando la vuelta, representando dentro de la esfera nacional, un pasado y un presente quebrantado por las cuentas que aun no terminan de saldarse.

La particularidad del ejemplo no nos limita entonces a sus propios errores e incongruencias, nos lleva a la calle principal donde se monopolizan decisiones, se abren e intercambian maletines, se pacta por la prudencia y se viste de traje. Ahí donde el sindicalismo dejo de ser lo que debió ser, mucho antes de la organización laborar propuesta por el ex presidente Lázaro Cárdenas en 1934, cuando sus agremiados no tenían claras las razones de sus juntas y eran piloteados por la diplomacia.

En este punto, las soluciones dejaron de imaginarse décadas atrás, cuando los sindicatos en México se entregaron sin más a la integración, para lograr sobrevivir dentro de un sistema económico, político y social.

La historia que se cuenta habla de nostalgias y momentos no tan memorables como quisieron fingir, se sabe que el pasado de un país es algo mal contado en los libros de historia, en este caso, dentro de los setenta años del PRI, las incongruencias encontraron plataforma, una vez mas reproduciéndose en todas partes, golpeando al sindicato y llevándolo a un presente menos autónomo que de costumbre, la pregunta es; ¿el sindicato continuará?


M.F.


Articulo de Fondo, junio 2008.