abril 08, 2012

5 pasos para ser un "yoyo".


1) Siempre tan predecible en las fiestas.

Todo se califica, todo se enumera, todo se jerarquiza, se premia y se anula, se recuerda o se olvida, los yoyos lo tienen muy claro, toman sus precauciones, se anticipan a “apartar”, no descansan.

Los yoyos son predecibles por sobrevivencia, por atajos.

2) La inocencia de los adaptados.

Todo ese conjunto de metas alcanzadas (y por alcanzar) está motivado por la garantía de ser "logros aceptables” por el resto de las personas; familia, pareja, amigos, compañeros, colegas, gente en las calles por donde pasas e igual te aprueban o reprueban.

Metas repetidas siempre a través de los años por nuestra sociedad, empujadas por la conformidad y la mediocridad, por los “buenos valores”, los chantajes familiares y las ventajas de servidor público, el buro de crédito limpio y los puntos de Infonavit.

Los yoyos que andan por ahí están lejos de ser genuinos, gozan de ser inocentes de su propia fabricación.

3) Premios de mantequilla al sol.

Desde la escuela, llenar la boleta con dieces significaba ser el niño más importante, porque ser importante en la escuela es que te llamen “ejemplo”, que dirijas los honores a la bandera, que la maestra te nombre jefe de grupo, que tu madre haga de consejera de padres de familia y venda champurrado en las kermeses.

Pero también ser aprobado por el sistema escolar no significa nada más allá de conseguir tener adversos con familias más disfuncionales que la tuya, intentando igual que tú pero por la otra vía, llamar la atención.

Lo mismo a escala de adultos; los yoyos fingen demencia ante el hecho patético de buscar la aprobación de un sistema ridículamente defectuoso.

4) La Crítica es del diablo.

Si no me importa conseguir un diez, poco me importará la boleta de los demás, poco me importará la carrera por llegar a donde se supone deberíamos llegar todos, porque hablar de todos es importante en nuestra cultura, todos somos el futuro dicen, y en ese supuesto debemos aprender a competir sin creer en la razón por la que se está compitiendo, sin creer en absoluto en la meta, porque creer en nuestro país no importa, lo importante es hacer como que estamos intentando llegar, fingir para que no nos reprueben con la autoridad moral de un pato.


Los yoyos no tienen claro los Salmos de la Biblia, por qué tienen hijos, por qué trabajan horas extras, simplemente son devotos, se reproducen “para mejorar la especie”, trabajan más de lo que deberían porque “más” no es reprochable, los yoyos siempre tienen miedo de ser criticados.

5) Nadie ha visto el “karma”.

El yoyo proporciona felicidad a quien lo ejerce en la medida de la atención que pongan los escuchas, de la distancia que establezcan entre el éxito y el fracaso, entre un buen empleo y mis ocho horas diarias de trabajo en la pizzería.

Ignora el hecho de que la vida es injusta y concéntrate en el hecho de que el desempleo, divorcio, quiebra de algunos es igual de importante para exaltar el cumplimiento mismo de cada una de tus metas. Para los yoyos no existe el oportunismo, sólo las oportunidades.


* De ultimo minuto:

Los yoyos hablan siempre de ellos mismos, de sus logros personales, alardean, no necesariamente padecen egolatría o están felices, solo exponen las ventajas de su vida, de ser ellos por mera rutina de afortunado, porque algunos términos son fáciles de corromper.

maf.